viernes, 4 de septiembre de 2015

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COMENZAMOS UN NUEVO CURSO
Y nos preparamos con ilusión, sobre todo, los más pequeños: uniformes, libros, cuadernos, zapatillas de deporte nuevas,...encontrarse con los amigos, amigas,...contar lo que hicimos en verano,...
Algunos, en ESO y Bachillerato, han comenzado ya recuperando las pendientes del curso pasado. 
En cualquier caso, comenzamos nuevo curso.
Generalmente los propósitos de padres y alumnos son siempre los mejores, intentando no caer en los errores del anterior curso. No obstante, la experiencia indica que las buenas intenciones iniciales se van relajando hasta que llegan las calificaciones de la primera evaluación observando que muchas de las promesas que hacen nuestros hijos no se han cumplido. Y, por otro lado, los límites que pensábamos poner los padres, tampoco....
"Ahora no tengo muchos deberes, déjame que juegue un ratito con la PLAY...", y los ratitos comienzan a establecerse como costumbre,..."si sabes que luego hago los deberes enseguida"...y sin darnos cuenta, les dejamos que prolonguen el verano hasta noviembre.
En todo esto constituyen un gran problema las nuevas tecnologías, ... la consola, la tablet, el móvil,....ya que para muchos adolescentes, lo primero es el ocio y luego la asunción de responsabilidades. Y no les marcamos limite alguno: salen del colegio y conectan el móvil que no debían de llevar, comen con el móvil y estudian con la tele y con la tablet y con el móvil....
Lo siento, pero somos los padres los que debemos marcar unos límites claros y precisos, donde la prioridad sea su trabajo escolar diario y sus actividades extraescolares. Y dejarles un espacio para sus juegos y su interacción "tecnosocial".
Y recordar que si si van a la cama sin el móvil y sin la tablet,...mejor, porque sabremos que dormirán más y rendirán mejor al día siguiente.
No podemos hacer una negación de las nuevas tecnologías, ni una prohibición radical, pero si controlarlas y limitarlas de una forma sensata y coherente, porque luego aparecen los problemas y los suspensos.
Este artículo que publica Laura Tardón en diario El Mundo, nos completa lo que trato de decir.
Ahora, a primeros de septiembre , estamos a tiempo....


     




Peores notas por el abuso de pantallas

  • Cada hora extra con estos dispositivos empeora el rendimiento


En la televisión, el móvil, las tabletas, los ordenadores... Estamos rodeados de pantallas y ni siquiera los más pequeños se libran de ellas. Aunque estos dispositivos electrónicos ofrecen muchas ventajas, también acarrean algunos efectos no deseados. Un consorcio de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha comprobado que los menores más expuestos a esta tecnología tienen un peor rendimiento escolar.
Una razón más para tomarse en serio las recomendaciones que la Academia Americana de Pediatría incluía en sus guías a finales de 2013. Según esboza este documento, los niños no deberían permanecer delante de una pantalla más de dos horas al día y, en el caso de los menores de dos años, este tiempo debe ser inexistente. Numerosos estudios han demostrado que el uso excesivo de televisores, consolas, teléfonos y cualquier otro medio electrónico está relacionado con obesidad, falta de sueño y conductas agresivas (por imitación a determinados programas televisivos o videojuegos). El rendimiento escolar también se ve perjudicado.
Así lo remarca el nuevo trabajo que acaba de ver la luz en la revistaInternational Journal of Behavioral Nutrition and Physical. Como exponen los autores, así como se conoce el vínculo entre la actividad física y la salud, no está tan explorada la asociación con los resultados escolares. Con esta intención, el epidemiólogo Kirsten Corder, de la Universidad de Cambridge, y su equipo han analizado los niveles de actividad y sedentarismo de un grupo de 845 alumnos (con una media de edad de 14,5 años) de escuelas de secundaria en Cambridgeshire y Suffolk y luego los han comparado con sus resultados en el colegio (datos extraídos del estudio ROOTS).
Los investigadores valoraban lo que los participantes hacían durante el tiempo que estaban sentados. Como media, dedicaban unas cuatro horas al día entre ver la televisión, entretenerse con el móvil o jugar con las tabletas u ordenadores. El doble de lo que recomiendan los especialistas. "Cada hora extra invertida en las pantallas se asoció con 9.3 puntos menos en los logros académicos durante secundaria (a los 16 años)", afirma el doctor Corder, epidemiólogo y principal investigador de este estudio. En las calificaciones convencionales, se traduciría en reducir de un notable a un suficiente. Dos horas extra suponían la pérdida del doble de puntos, 18.
Por el contrario, aquellos que dedicaban más tiempo a actividades como la lectura o las tareas de la escuela, en lugar de utilizar las pantallas, obtenían mejores puntuaciones en los exámenes. Alcanzaban un promedio de 23,1 puntos más que sus contrarios. A los expertos no les extrañan estas conclusiones. En palabras de Silvia Álava, especialista del Colegio de Psicólogos de Madrid, todo se explica a través de la atención sostenida. En el caso de los niños que están centrados en las pantallas, "el proceso de atención sostenida la ejecuta el aparato, a través de los movimientos, los estímulos visuales y auditivos. Los niños no tienen que hacer nada". Sin embargo, es importante que aprendan y maduren este proceso, fundamental para"tener la capacidad de prestar atención y mantenerla mientras leen un libro o atienden a las explicaciones de un profesor".
Hasta los dos años, señala la experta española al comentar este estudio, los pequeños se rigen por una red de estímulos externos. A partir de los tres años, ellos empiezan ya a controlar y dirigir la atención. No se trata de "demonizar este tipo de tecnología, los niños de hoy son nativos digitales, pero tampoco de permitir un abuso", subraya Álava. Reducir el tiempo frente a las pantallas y recurrir a "juegos tradicionales que fomenten la imaginación, como las construcciones, los puzzles, jugar en la calle, interactuar con otros niños... Cosas en las que se trabaje la atención sostenida, tan necesaria para el aprendizaje". Todo esto, sin duda, mejora el desarrollo cognitivo.
En esta línea opinan los autores del nuevo estudio. "Aunque sólo tomamos medidas a los 10 y a los 16 años, ésta puede ser una instantánea fiable del comportamiento habitual en los menores, por lo que podemos decir que un exceso de pantalla puede afectar al rendimiento escolar", argumenta Corder. "Sería conveniente que los padres limitaran el tiempo que dedican sus hijos a estos dispositivos".
Dados los resultados y teniendo en cuenta el resto de posibles efectos adversos del exceso de pantallas, los autores de la investigación de Cambridge creen que "el diseño de programas destinados a reducir el tiempo frente a los ordenadores, televisores, teléfono y tabletas podría tener importantes beneficios para los adolescentes a la hora de mejorar sus calificaciones escolares y también su salud".