jueves, 18 de junio de 2015

Terminamos el curso...

Con gran carga emocional, como siempre, alternado la alegría de los que han terminado bien, con la tristeza de los que no han terminado tan bien como hubiesen querido... : "LO HECHO HECHO ESTÁ".
Y comienza el verano, con sus "laaaaaaargaaaaaaas " vacaciones.....
Eternas y divertidas para los más pequeños, aburridas para los más mayores si los amigos/as se van,... perezosas y anodinas en ocasiones...
Bajo el lema SI HE APROBADO NO VOY A HACER NADA,... algunos y algunas se lo toman en el sentido más literal de la expresión, y no se plantean sus vacaciones como un tiempo de ocio para hacer muchas cosas que no tengan que ver con los estudios, para compartir tiempo con su familia o para aprender cosas útiles que les darán mayor autonomía en su desarrollo personal. 
O para, si ya tiene más 16 años o más, realizar algún trabajo que les enseñe que el dinero no crece en los bolsillos de los padres. A pesar de la crisis, siempre hay oportunidades para el que las sabe buscar.
Y sin olvidar el mejor entrenamiento para comenzar a tope el próximo curso: LEER,... leer miucho, aunque sean tebeos, o revistas, o comics, o la prensa deportiva, pero leer... 
La clave es no desaprovechar éstos meses para caer en la desidia estival y en el aburrimiento, cada uno con su edad y sus circunstancias familires.

Me ha llamado la atención éste articulo que advierte sobre las pérdidas de aprendizajes durante el verano. Me recuerda a los que hacen mucho deporte y dejan de hacerlo en verano, ... en septiembre aparecen muchas agujetas cuando se retoma la actividad física. Con los estudios pasa igual y algunos, debido a las agujetas mentales que se auto-generan, tardan bastante en adaptarse al nuevo curso.

Feliz Verano !!!






Vaguear demasiado en verano puede llevar a tu hijo al fracaso escolar

Las vacaciones de verano y cómo se pasan se están convirtiendo en causa de desigualdad en las aulas. Son los niños que interrumpen totalmente su aprendizaje en los meses de verano los que luego tienen que luchar más durante el primer trimestre del curso, sin llegar nunca a recuperar terreno frente a aquellos que se involucran en actividades educativas durante el verano, por mínimas que sean.
Este fenómeno, conocido como “achievement gap“, se produce todos los veranos generando una pérdida de conocimientos que se mantiene durante el curso escolar y vuelve a incrementar en verano. Esta pérdida es acumulativa e irrecuperable a lo largo de los cursos de la Educación Primaria, produciendo una brecha difícilmente salvable cuando los alumnos llegan a Secundaria. Según un estudio de los sociólogos Kart Alexander y Doris Entwisle de la Universidad Johns Hopkins(*) más de la mitad (65%) del desfase curricular entre estudiantes de Primaria se explica por diferencias de aprendizaje durante el verano.
“El verano es para descansar”, arguyen muchos padres que no son conscientes de los efectos que el desaprendizaje estival tiene en los resultados académicos de sus hijos el próximo curso.
En general, durante el verano todos los niños experimentan una pérdida equivalente a 1 mes de aprendizaje, siendo las matemáticas y la ortografía las asignaturas más susceptibles de ser olvidadas, según Harris Cooper (**) profesor de Psicología y Neurociencia en la Universidad de Duke. En el caso de las matemáticas los estudiantes pueden llegar a perder 2,6 meses en cálculo matemático, ya que en general no suelen practicar sus habilidades matemáticas fuera de la escuela. En el caso de la lectura la pérdida es menor, equivale a 2 meses, tanto en comprensión lectora como en reconocimiento de palabras, porque la práctica de la lectura está integrada de forma más natural en el entorno de un niño, y los padres tienden a ser más conscientes de la importancia de la lectura y a insistir a los niños en que lean durante las vacaciones.
Para evitarlo, es preciso organizar las rutinas estivales de los niños para compaginar su tiempo de ocio con el repaso de conocimientos adquiridos durante el curso. Los expertos recomiendan hacer las “tareas” de una forma diferente, evitar los deberes “convencionales”, intentar ser creativos y aprovechar las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías y nuestra disponibilidad de tiempo.
“Es cierto, además, que los padres cada vez disfrutan de vacaciones menos largas en el verano, por lo que se puede hacer cuesta arriba tradicionales sistemas de refuerzo como los libros que implican que luego hay que corregirlos. Hay métodos, como Smartick que permite hacerlo desde casa, en el ordenador y, además de corregirse solo, los padres reciben un pormenorizado informe de cómo ha ido cada sesión”.