martes, 10 de junio de 2014



FIN DE CURSO

Nos queda un rato de curso, y ya intuimos todos cómo puede terminar, salvo contadas sorpresas en todas las direcciones.
Los que han trabajado bien a lo largo del curso, no andan muy preocupados porque el trabajo está hecho,...pero los que han dejado todo para el final, apuran para ver si, de quedar algo, que sea lo menos posible. 

Pero muy pocos alumnos son dados a reflexionar cuando el curso llega a su fin, sea para mejorar o para no cometer los mismos errores que en el curso que está terminando. A nuestros hijos les cuesta sacar conclusiones y tienden a guiarse por el presente más inmediato. Salvo la gran mayoría de los que están en Bachillerato, que empiezan a olfatear lo que puede ser su vocación y su futuro más inmediato, y que entienden que no da lo mismo aprobar con un 6 que con un 8, el resto (y más si les ha ido bien) se limitan a pasar página a la espera del próximo curso.

Puede que sea parte de nuestro trabajo como padres hacer que se paren un poco a pensar en cómo ha sido su trabajo a lo largo de éstos nueve meses, adecuándonos un poco a la edad y al curso que han terminado nuestros hijos: su trabajo escolar, las actividades extraescolares que han realizado, la relación con sus profesores o con sus compañeros, las nuevas amistades o las que se han ido quedando en el camino. Cada nuevo curso va a suponer, además de un trabajo, una prueba de madurez que les va a permitir conocerse más a sí mismos y a su entorno, que les va a servir para ponerse a prueba y conocer mejor sus límites, ... y no hay nada mejor que haber aprendido del curso anterior para afrontar mejor el nuevo.

Incluso el hecho de haber aprobado todo no puede ser una especie de cheque en blanco para no hacer nada durante el verano y dejar que la desidia se apodere de nuestros hijos durante casi 3 meses. Precisamente el verano además de permite unos horarios más anárquicos, puede constituir una forma de progresar física y mentalmente en su desarrollo como mujeres y hombres de futuro: se puede ir de campamento, se puede ir fuera de España para aprender idiomas , se puede ir a la piscina o frecuentar más a los amigos, amén de las vacaciones familiares si las circunstancias lo permiten,...pero en cualquiera de los casos, que no dejen de asumir las responsabilidades propias de su edad y de hacer otras cosas que no pueden durante el curso, a parte de arrimar un poco el hombro en casa (hacer sus camas, hacer recados,... entre otros). Es bueno que les vayamos creando responsabilidades. Y si ya han superado los 16 años, tampoco pasa nada porque trabajen y sepan cómo funciona la vida, y si se busca se pueden encontrar ofertas temporales adecuadas a los más jóvenes: hipermercados, polideportivos, terrazas de bar, lavaderos de coches,...y no nos debe de dar pena el plantearselo, porque les ayudará a madurar, a saber que el dinero no crece en los árboles y a valorar más lo que compren con el dinero fruto de su esfuerzo. Muchos, cuando lo hacen, se dan cuenta que los pupitres son más cómodos de lo que antes se hubiesen imaginado y que trabajar en la vida real no es tan fácil como algunos creen.

En cualquier caso, espero que paséis todos, padres y alumnos, el mejor verano posible. 

Seguiré con vosotros el próximo curso.