martes, 25 de marzo de 2014

CINCO CLAVES PARA ELEGIR TU GRADO UNIVERSITARIO

 Algunas ideas para desenredar la maraña y dar el paso con más seguridad.
Se acerca la hora de decidir qué vas a estudiar. Para la mayoría de los estudiantes, el final del bachillerato es una gran encrucijada: ¿Qué carrera elegir? ¿La que más me atrae? ¿La que tendrá mejores salidas profesionales?

Cualquier decisión resulta más fácil si al plantearla vamos por partes:

1) Mejor que tú, nadie te conoce
Independientemente de los estudios, piensa en qué cosas valoras o te resultan agradables. ¿Qué te gusta hacer? ¿En qué ambientes te sientes más cómodo? ¿Eres una persona inquieta? ¿Tienes tesón? ¿Te gusta viajar?

Cuáles son tus habilidades. ¿Te resulta fácil concentrarte? ¿Eres un relaciones públicas nato? ¿Se te dan bien los idiomas? ¿Te gusta hablar en público? ¿Eres muy organizado? ¿Te gusta leer? ¿Pasas media vida delante del ordenador? ¿Te encanta estar rodeado de gente?

Piensa también en diferentes profesiones y observa si su día a día encaja con tu personalidad y las cosas que valoras. Puede que te atraiga la idea de curar el cáncer, pero si te mareas con la sangre... ¡quizá tu carrera no es medicina! Y si eres una persona muy activa, encerrarte en un despacho a llevar contabilidades puede que tampoco sea lo mejor,....

2) No descartes de antemano
Infórmate sobre todas las posibilidades. Puede que descubras carreras que no conocías y se adapten a tu perfil más de lo que crees. Con la adaptación a Bolonia han surgido nuevas titulaciones, más específicas y orientadas al mundo laboral, y algunos títulos combinan asignaturas lo que antes eran dos carreras. Piensa que entre una oferta tan variada es fácil que haya un lugar para ti. 

Acude al Departamento Psicopedagógico del colegio y pregunta al psicólogo de Bachillerato, que te orientará y resolverá tus dudas.

3) Acota el terreno
Ahora que conoces todas las posibilidades, trata de quedarte con las tres que más te convencen. Investiga en qué universidades se imparten, si son privadas o públicas, cuántos alumnos seréis en clase, qué asignaturas estudiarás… ¿Te ves estudiando esa carrera?

También es útil leer las asignaturas de los planes de estudio y si ves que el 80% de las asignaturas que vas a estudiar te convencen, es que vas en buena dirección. Piensa que hasta que no entras en la titulación no sabrás si has elegido bien,... es muy dificil entrar con el 100% de seguridad.

4) Lo verdaderamente importante 
Los valores y expectativas de cada persona pueden ser muy diferentes. Piensa qué encaja más contigo. ¿Ayudar a los demás? ¿Llevar una vida tranquila? ¿Ganar dinero? ¿Tener mucho tiempo libre? Hay GRADOS UNIVERSITARIOS  para todos los gustos.

5) Dicen por ahí
Aunque los rumores son sólo rumores, dicen que cuando el río suena… Entérate de qué se comenta de las carreras que tienes en mente, de cada universidad, de cuáles son las salidas reales… Habla con el psicólogo  de tu colegio para que te oriente, pregunta a conocidos y familiares, bucea en foros de Internet…Tal vez no sea lo más importante para decidir, pero puede evitarte alguna sorpresa. 

Y cuando hayas realizado la PAU (y hasta que te den las notas), te aconsejo que visites las facultades donde quieres estudiar, porque ver las instalaciones, conocer el tiempo que tardas en llegar y el tipo de desplazamiento (tren, bus, metro,...) te puede ayudar también en tu toma de decisiones.

Esta es la teoría. De lo que no se suele hablar es del factor suerte. Cuando tomamos decisiones nunca tenemos toda la información en la mano, ni podemos predecir el futuro. Lo que sí podemos hacer es recopilar toda la información posible, poner nuestra ilusión en decidir, y después… ¡Tirarse a la piscina!... como hemos hecho todos.

Ref. Redacción MasterManía09

lunes, 3 de marzo de 2014

EDUCAR EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE

Creo que TODOS los padres y madres nos preguntamos cómo será la sociedad en la que nuestros hijos, niños y adolescentes de hoy, tendrán que vivir como adulto. Cómo será su vida  en un mundo tan globalizado en el que ya no bastará tener un título universitario como garantía de éxito y futuro, como ocurría hace 2 o 3 décadas atrás. Ahora hablamos de que necesitamos jóvenes emprendedores, … la sociedad, las empresas,.. necesitan de jóvenes emprendedores,… ¿Y cómo se consigue ser emprendedor?
Tengo dudas sobre si estamos preparando hoy en nuestras escuelas a futuros ciudadanos capaces de dar respuesta a los retos que les supondrá incorporarse laboralmente en un mundo global, pero si que tengo claro que en el contexto en el que nos encontramos urge el fomento de experiencias formativas que desarrollen la iniciativa emprendedora de los estudiantes.
En palabras de Carmen Pellicer, Presidenta de la Fundación Trilema, “el talento emprendedor se cultiva estimulando las disposiciones naturales hacia la autonomía, creatividad, confianza, motivación de logro, liderazgo, eficacia y perseverancia”, de ahí que en la escuela deberíamos entrenarlos mediante proyectos de emprendimiento, creando oportunidades para aprender y consolidar los hábitos que les permitan convertirse en adultos protagonistas de sus vidas profesionales y personales.
En este sentido debemos de llegar a la importancia de emprender como competencia, como elemento novedoso de la educación actual. Si algo no queremos es que nuestros hijos sean tremendamente dependientes e inseguros, ni que sólo funcionen a toque de campana, que la docilidad intelectual les convierta en débiles y faltos de criterio, o la obediencia ciega y una disciplina a toque de bastón les deje fácilmente manipulables. En éste colegio la educación en libertad ha sido la base del funcionamiento desde hace 50 años, porque esa libertad les hará equivocarse y tomar decisiones inadecuadas en ocasiones, pero también les permitirá aprender de sus errores, rectificar y tomar el camino adecuado.
A todos los padres nos exaspera verlos tumbados en la cama durante horas, pasivos my depres, sin tensión vital ni ganas de comerse el mundo, con miedos excesivos al riesgo y al cambio, excesivamente introvertidos, apocados o gregarios…, pero tampoco nos interesa ni nos gustaría que fueran temerarios o impulsivos, ni queremos que se ahoguen en un vaso de agua, ni que no sepan levantarse y volver a empezar después de un fracaso en cualquier territorio.

Sabemos que no queremos que nuestros hijos e hijas, que nuestros alumnos del colegio, dejen el testigo de sus vidas en manos de otros sin opciones a ganar en sus batallas personales cuando ya no estemos allí para protegerlos y ayudarles. Por eso queremos que aprendan a emprender.